El problema de la validez en la investigación en las ciencias, el humanismo o el arte moderno se ha convertido, en el último siglo, en un problema que pasa de la solidez de los argumentos o la consistencia de la obra creada, a las configuraciones sociales de las redes en las que se gesta ese conocimiento. Cuando investigar se observa como un problema social, político y comunitario, el problema de la verdad se convierte en un asunto de valoración social sobre el resultado ofrecido, después de procesos altamente formalizados. Justo esta transformación es la que permite que la investigación en las artes y las humanidades entre en tensión con la investigación científica experimental, en la definición de lo que significa investigar.